TU VOZ Y TU MIRADA
Entre el bullicio
-aterciopelada-
escucho una voz
mi nombre llamar,
suena familiar.
En un segundo
esos sonidos
tienen un rostro,
sí, es el tuyo,
con certeza volteo.
Cruzamos miradas
y me reencuentro
con tus ojos
por una tentadora
sonrisa acompañados.