DESDE LA DUCHA
Esa perfumada prenda,
floreada transparencia
en profundo borgoña
con gran regocijo elegida,
el claro mármol alcanza.
A treinta y dos grados,
un ligero vapor se eleva,
tú, con grácil contoneo
y una traviesa sonrisa,
a la niebla te integras.
Con un toque de malicia
abierta dejas la puerta
ya el agua te acaricia,
por completo te recorre
como quisiera hacerlo yo.
Con gel y esponja giras,
peregrinas de ti misma
entre espuma tus manos,
frotan, frenan, resbalan,
cubren sin cubrir tu piel.
Briosa la líquida cortina
con un desigual patrón
desde tu pelo se desliza,
impetuosa y contundente
desvela tu sinuosa figura.
Empapada y juguetona
suave sacudes la cabeza,
hacia la puerta tu mirada
y con una pícara mueca
a acercarme me invitas.
