Salvador Dalí en el Museo Soumaya
CASI LAS TRES
Madrugada
casi las tres
poco importa el tiempo
tu ausencia presencia
llena mi cabeza.
Imágenes de ti,
de tu cuerpo sonriente,
de tus senos y tu sexo,
de tus nalgas y piernas
me llevan a la música
de tus gemidos
de nuestros sonidos
envueltos en luz amarilla,
en constante repetición.
Casi las tres
te acaricio y poseo
me hago tuyo
y te hago mía
con nuestros pensamientos
y reímos sin parar
lo sientes, lo sé,
yo también.