martes, 25 de diciembre de 2018

Amor en Roma




AMOR EN ROMA

-Te amo, le soltó a quemarropa.

Por un breve instante no supo qué hacer. Ambos comprendieron que nunca debió decirle eso, lo habían hablado, no podían moverse en ese sentido, era la senda por la que acordaron no pasear.

Tras aquel momento de estupor, la miró alejarse en su motoneta. Las angostas calles del centro de Roma la escondieron, se volvieron más estrechas y finalmente la engulleron.

Él permaneció de pie junto a la vidriera, bajo el refulgente sol del verano romano, solo; el helado se derretía sobre sus dedos en pesadas gotas, similares a las gruesas lágrimas que descendían por su rostro.






miércoles, 24 de octubre de 2018

Andar Esos Caminos




ANDAR ESOS CAMINOS 

Recorrer caminos
líneas sinuosas
valles y montañas
siempre a la búsqueda 
con movimiento firme
y a la vez convulso.

Sortear obstáculos
seda, satín, encaje,
broches y alguna cinta,
tu perfume francés
y el suave elástico
que termina por ceder.

Transpirar juntos
por insuficientes horas
y convertir la fiesta
en estrellas fugaces:
Sobre tu piel y la mía
nunca se pone el sol.






viernes, 7 de septiembre de 2018

miércoles, 22 de agosto de 2018

Brillo - Tres haikús





Rosado brillo
humedad en tus muslos
máximo placer


Sobre tu espalda
de mi sudor el brillo
curvado placer


Rojo el brillo
hacia el baño caminas
granate derrière






lunes, 9 de julio de 2018

Sus Infinitas Piernas




SUS INFINITAS PIERNAS

Hasta el cielo
es que sus piernas 
largas como eran
convergentes e infinitas
hacían que mi vista
en líneas al tiempo
se extraviara
y el espacio mismo
por horas desapareciera.





lunes, 18 de junio de 2018

El Espejo





EL ESPEJO

Desde la otra habitación 
-la de al lado-
cual erótica Alicia
a través del espejo,
con la suavidad
de tus dedos
y la calidez de tu aliento,
logras al tiempo
conjurar paradojas
al despertar el fuego
mientras ríos corren
desde y sobre ti.





viernes, 18 de mayo de 2018

De Jacarandas y Miel







DE JACARANDAS Y MIEL

Mecía el fresco viento
la soleada mañana, 
la noche de anoche,
sobre las aceras el granizo
tapetes había extendido.

Ataviada con suéter
y una ligera playera rosa,
con escoba de mijo
liberabas tu banqueta
de la verde alfombra.

Mucho cuidado tenías
en escobillar sin rasgar
el lila paño que el hielo
con flores de jacaranda
en instantes tejió.

El vaivén de tu cuerpo
de la cara el pelo vuela,
y ante mi arrobo descubre
de profunda miel un mar:
en tus ojos me zambullo.