PAPALOTE
Desperté esa mañana
y tu aroma extrañé;
por un breve instante
el miedo me embargó,
mas armado de valor,
papel y piola
papalote me volví
y hasta tu piel volé.
SONRÍES, AVANZO...
Pintan las luces
rítmicas e incesantes
en gama cambiante
tu cabello, tu cara
y tu vestido
gris y tornadizo.
Al compás del fulgor,
por tus piernas
se deslizan mis manos
con el tejido tropiezan
despacio lo empujan,
sonríes, avanzo.
Bajo mis dedos
con tonos de otoño
de tus muslos la piel
se tiñe e incendia
cuando con otra tela
topan de nuevo.
Sonríes, avanzo...
ESPERADO BESO
Sonríes,
me aproximo,
en tu perfume
me disuelvo
profundo aspiro
congelo un segundo
y mis labios
a ti acerco,
pinto un cálido
y esperado beso
en tu mejilla.
Al lado mío
dentro de las sábanas
te deslizas tú
Tu cuerpo toco
unión de agua y fuego
bajo mis manos
A cada toque
sobre tu piel y mi piel
nacen tormentas
TERCERA FUNCIÓN
Al lado
tu pierna
por la oscuridad
protegida;
despacio, sutil,
rozo el muslo,
repito y espero...
Tu silente venia
paladeo,
recorro, toco,
tu tibieza siento.
En los hombros
el brazo y la mano
que se mueve,
se cuela
y dentro del sujetador
desaparece;
la piel toca,
el pezón alcanza,
bajo las caricias
lo siente vibrar,
la respiración
se acelera,
aterciopelada gimes,
anhelante suspiro...
¿QUÉ QUEDA?
Este bar,
esta copa,
vecinos estridentes,
música de mi
tan lejana.
Arriba,
ausente de tu aroma,
un cuarto de hotel,
una cama fría,
una sala sin usar,
el deseo
sin extinguir,
la pasión
sin consumar.
CONQUISTAR
Mil ciudades
en tu cuerpo planeta
imagino;
alrededor orbito
y sobre tu espalda,
en tus caderas,
desciendo;
aterrizo
y levanto el vuelo
desde tu cara,
en tus senos;
me poso para
-al final-
tus ojos,
tu piel
y tu rocío
conquistar.