PRELUDIO A LA ORILLA
DEL MAR
Soleada había sido la tarde
un colorido vestido de flores
eleva hasta el cielo mis ardores
del cuerpo enmarcado hace alarde.
Apenas aminoraba el calor
vivas las cenizas de la parrilla
su color plasman en tu gargantilla
miro la arena y tomo valor.
El movimiento de tus labios sigo
alterno fijándome en la mirada
solamente quisiera estar contigo.
Recibo un sí desde tu sonrisa
hechizado por los ojos de hada
y el perfume que me trae la brisa.