lunes, 7 de enero de 2019

¡Así, Así, Así!




¡ASÍ, ASÍ, ASÍ!

Tensas las manos
te sostienes en la silla,
sin tregua
sus brazos aprietas,
la cabeza sacudes,
entre tus piernas miras
y de nuevo la agitas.

Es el vértice
la creciente fuente,
el impetuoso fuego
que implacable,
en divinas oleadas,
veloz te sublima
a la máxima explosión.