sábado, 25 de junio de 2011

Calma, Demasiada Calma


CALMA, DEMASIADA CALMA


Junto a esa fuente
de suave melodía
pretendo escribir
acerca de tu piel
y los encuentros
entre tu cuerpo
y mi avidez.


Mas tanto sosiego
propicio no es
para bien reflejar
de tus ojos
y pezones el fuego,
de tus piernas
y caderas el ritmo
y de la suma
de nuestras manos
los relámpagos.