jueves, 17 de febrero de 2011

El Cumpleaños del Perro


EL CUMPLEAÑOS DEL PERRO


Apareció temprano, una mañana en que la humedad convertía al frío en parte de los huesos y la neblina casi no permitía verse ni los zapatos. Negro cenizo el pelo, las patas cómodamente extendidas, la cabeza bien recargada; se le miraba extraño al lado de la contención de la carretera y por la posición que tenía parecía incluso que se hubiera acostado a dormir cuando lo congeló la madrugada ahí, así.


Pasaron los días y el pelo paulatinamente se fue tornando gris, perdiendo también el largo y la textura, tomando cada vez más una apariencia rocosa en la cual poco a poco fueron apareciendo -casi imperceptibles al inicio- grietas, surcos. De entre esas diminutas ranuras, como sucede siempre en las calles y aceras de toda ciudad y todo pueblo, fueron saliendo pequeños brotes verdes, uniformes, cerrados y no muy largos que terminaron por cubrir al perro carretero dándole la apariencia de un perenne terciopelo.


EPÍLOGO


Millares de automóviles
camiones también
han pasado ya,
tantos como extranjeros
turistas nacionales
han pasado ya,
notas en revistas perdidas
fulgurantes encabezados
han pasado ya,
estaciones van y vienen
numerosos inviernos
han pasado ya,
y el perro en planta
un día convertido
diez años cumplió ya.