viernes, 13 de agosto de 2010

Atado


ATADO


Quizá nunca sabré
si fue con premeditación
o simplemente sucedió,
que a ti mi corazón ataste
cuando yo solamente,
con un ligero espíritu
de ingenua perversidad,
tus manos había anudado
y tus pies había enlazado
a los postes de la cama.